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domingo, 27 de diciembre de 2009
La noche y el día del alcohol
viernes, 18 de diciembre de 2009
Nota sobre los efectos del alcohol en diario Perfil
El funcionamiento del organismo frente a la ingesta de alcohol.Cuáles son los límites.
Los efectos del alcohol van a variar según la dosis consumida. A medida que la concentración de alcohol en sangre aumenta, se bloquea más el SNC y los efectos pueden ser varios: desde experimentar alegría y estar desinhibido, perder los reflejos o el equilibrio, hasta caer en un coma alcohólico, en los casos más extremos. Lo que hay que tener presente es que la dosis de alcohol necesaria para generar un coma alcohólico, no es tan elevada como la mayoría de las personas suponen.
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miércoles, 16 de diciembre de 2009
Finalizó curso del CPA Punta Alta con entrega de diplomas
Contó con la presencia de Alicia March, directora de Desarrollo Social de la Secretaria de Prevención de las Adicciones de la Provincia de Buenos Aires, la secretaria de Salud y Acción Social, Silvina Lopez y la titular del CPA, licenciada Claudia Gonzalez Quiroga.Anahi Migueras, responsable del curso, destacó el compromiso asumido por los numerosos asistententes y la calidad de proyectos presentados;entre los agradecimientos efectuados,destacó a la señora Ana Mendoza, de Ate Punta Alta, por haber facilitado el salón donde se desarrolló el mencionado curso.
Tambien hablaron la titular del CPA local , la representante provincial y el Julio Theaux, en representación de los participantes .
martes, 8 de diciembre de 2009
Reportaje a Eva Giberti -Psicoanalista- Diario Perfil
La psicóloga y psicoanalista advierte sobre las consecuencias que tiene el sueño del “hijo perfecto”. La realidad de una paternidad cada vez más compleja en tiempos en que los niños dominan tecnologías que los adultos desconocen.
martes, 1 de diciembre de 2009
Los jóvenes viejos
lunes, 16 de noviembre de 2009
Psicoanálisis, toxicomanía y modernidad
martes, 3 de noviembre de 2009
Factores socio-culturales
INTRODUCCIÓN
La complejidad del tema drogas ha sido señalada por la mayoría de autores que se dedican al mismo[i][ii][iii].
Es clásico -en exposiciones sobre drogas- utilizar un triángulo y ubicar en cada uno de sus lados (o ángulos) como factores a considerar la sustancia consumida, la persona que consume y el ambiente en que se realiza el consumo.
Cada uno de estos factores posee a su vez atributos que pueden considerarse por separado y determinan en mayor o menor medida la caracterización resultante.
A partir de cada uno de ellos se desarrolla una especie de pirámide invertida que va creciendo desde su base en progresión geométrica, lo que impide -muchas- veces un tránsito fluido entre la visión del conjunto y el análisis de los elementos que hacen a este conjunto.
Del mismo modo que en medicina hablamos de lo bio-psico-social percibiendo que las diferentes entidades clínicas no contienen estos elementos en una combinación prefijada ni similar de una a otra, la clínica de las adicciones (y situaciones vinculadas) nos obliga a diagnósticos infinitamente variados en relación con el peso específico de los factores vinculados a la sustancia, las características del sujeto que consume y su familia o ámbito de pertenencia.
lunes, 26 de octubre de 2009
Historia de las sustancias adictivas
¿Qué nos pasa?
¿Qué nos está pasando a los adultos?
Por la Lic. Liliana Sella de McNamara
Reproducimos a continuación el comentario de la Lic. Liliana Sella de McNamara, que ha circulado por Internet, y que hemos tomado -creemos que es de libre circulación- que vale la pena para la reflexión tanto de adultos como de jóvenes.
¿Qué nos está pasando a los adultos?
| Domingo 24 de Mayo de 2009
Me desempeño como psicoterapeuta infanto-juvenil y desde ese rol me propongo compartir algunas reflexiones sobre el tipo de vincularidad que mantenemos con jovencitos y niños en diferentes ámbitos, nuestra respuesta adulta a sus problemas y la resonancia que ello provoca en los protagonistas y en el tejido social todo.
Contextuando este análisis, considero que como país vivimos momentos complejos, de contradictorios y vertiginosos movimientos producto entre otros, de políticas de estado caracterizadas por la incongruencia, la desmentida de la realidad, sumidas en el descontrol y la impunidad. Esto se presenta en un marco de una crisis mundial de envergadura.
Estas políticas inconsultas e impredecibles, desplegadas masivamente, atraviesan el plano social, económico, laboral, educativo, de la salud, generándonos desajustes y exigiéndonos -ante la necesidad humana de supervivencia- permanentes luchas y constantes reacomodaciones en todos los planos y espacios de nuestra vida cotidiana, comunitaria, laboral, familiar, y personal.
Estos cimbronazos avasallan y convulsionan de forma abrupta nuestra subjetividad (nuestro ser personas) y la de quienes están alrededor y a nuestro cargo (niños y adolescentes), impregnando nuestra forma de sentir, pensar y actuar, sin respetar etapas evolutivas, prioridades, deseos, ni necesidades primarias .
Estas ideas y posicionamiento tienden a que los adultos nos preguntemos, nos cuestionemos, cómo impactan y se introducen estas políticas devastadoras en el ejercicio de nuestros roles cotidianos como padres, docentes, directivos, profesionales, dirigentes, vecinos, etc. frente a los niños y jóvenes bajo nuestra responsabilidad. A su vez replantearnos con una actitud crítica ¿qué tipo de respuestas estamos dando a los grupos humanos más vulnerables, qué opciones les ofrecemos y socialmente cuáles son los efectos obtenidos a su retorno?
Tratando de no hacer reduccionismo ni generalizar, y evaluando resultados, entiendo que estas respuestas y alternativas hacia niños y jóvenes hoy, no están siendo claras, eficaces, suficientes, adecuadas ni saludables. Son visibles las secuelas y deterioros actuales en ellos, los paupérrimos desempeños escolares, las problemáticas juveniles, transgresiones y desbordes, el malestar y la gravedad de la sintomatología auto y hetero agresiva que presentan, la intolerancia a la frustración y su correlato, el paso al acto, el consumismo extremo y la reactivación de la violencia en diferentes versiones, entre otros de sus comportamientos y padeceres cotidianos.
Me pregunto, ¿estas situaciones se nos escapan de las manos, soltamos el timón por impotencia, incompetencia, o lo dejamos desviar por comodidad, conveniencia, intereses personales, comerciales, sin importamos y sin dimensionar en definitiva, qué costo humano y social nos acarrea?
Nuestros comportamientos por acción u omisión hacia niños y jóvenes, abundan en inconsistencia, manejos contradictorios, y/o hipocresía.
Solemos con el dedo acusador apuntarlos, juzgarlos por sus estados de indiferencia, anomia, desinterés, por el acelere y/o precocidad en sus modos de actuar por sus conductas desajustadas y riesgosas, por sus demandas desmedidas, haciéndolos responsables casi exclusivos y absolutos de estos procederes y sus consecuencias.
Paradójicamente nos alarmamos y quejamos por el “acortamiento” de la niñez y no reconocemos que con muchos de nuestros accionares empujamos a la precocidad y la adultización de los niños (el programa de Tinelli con niños entre otros, es una muestra de esto). En lo cotidiano hay cientos de ejemplos más.
Con la misma mirada ingenua nos sorprendemos por la “prolongación” de la adolescencia, sin cuestionamos en el plano social el por qué del retraso para el ingreso al mercado laboral, la deserción y el desgranamiento escolar. En todos los ámbitos, especialmente en la escuela, quitamos responsabilidades, protagonismo y tareas a los jóvenes, lo que potenciaría e incrementaría sus recursos personales su autonomía, para manejarse con madurez y hacerse cargo de sus actos y proyectos vitales. Es un espacio más desperdiciado.
En nuestro discurso distorsionamos las etapas evolutivas, nombrando “chicos y chicas” a jóvenes veinteañeros y los consideramos adultos recién a partir de los 30 años. No nos hacemos cargo de tales incongruencias, de sus determinantes contextuales y vinculares naturalizando estos temas como si se tratara de “una falla en el psicodesarrollo”, y como tal, ajena a nuestro quehacer transformador como conductores y figuras de identificación.
Un sector del mundo adulto con dobles mensajes prohíbe pero a la vez fomenta, o lo que es más inescrupuloso lucra despiadadamente con la salud y el bienestar juvenil propiciando todo tipo de desbordes, excesos y abusos (bebidas alcohólicas, drogas, psicofármacos, pornografía, etc.) y luego con una hipócrita actitud de extrañeza, se escandaliza frente a las graves e irreversibles secuelas y el impacto social que todo eso provoca.
No se trata tampoco de demonizar los medios de comunicación, sino cuestionar a los adultos encargados de su manejo, que por mezquinos intereses, globalizan y asedian indiscriminadamente a toda hora con programaciones, publicidades, que en su mayoría, explícita o subliminalmente “venden” personajes y relaciones que resaltan los antivalores, el descompromiso, la competencia descarnada, el individualismo, la destrucción del rival, el desprecio por la vida, minimizando desde el humor o la ridiculización, la repercusión y la impronta que dichos mensajes dejan sobre todo en el auditorio joven.
En la educación infantil, cuando es preciso desde la autoridad parental proteger, cuidar, poner límites ,disciplinar, y no claudicar en el intento, abundan adultos que evitando ser normativos, suplican, interrogan y ponen a consideración del niño si hará o no tareas impostergables para un buen desarrollo. Lo grafican frases como: “¿te podés portar bien, hacer los deberes, querés comer, me ayudás a juntar los juguetes, te vestís para ir al colegio, te podés sentar en el asiento de atrás”?, etc. De este modo se subvierten los planos y va desapareciendo la necesaria asimetría vincular. Somos adultos quienes quizá por comodidad, inseguridad, o intentando suplir tiempo, espacios de comunicación, reparar carencias afectivas, transmitimos mensajes confusos, poco convincentes, cediendo, dejando hacer y deshacer a su antojo, a niños y adolescentes, justificando sus excesos o claudicando ante reclamos imperativos de su parte. Mensajes como estos lo reflejan: “no hace sus 15 si no hay alcohol en la fiesta, dice que es su problema con quién sale, adónde va y a qué hora vuelve, mientras tomen en casa está todo bien, ¿quién no fumó un porro o manejó sin carné?, no me deja controlar lo que ve en TV y por Internet, no puedo entrar a su cuarto, cierra con llave”, etc. Lo que ocurre específicamente en el ámbito escolar con las interacciones y el aprendizaje, por su dimensión e importancia, da para otro análisis.
Bien sabemos que el aparato estatal no está directamente en nuestras manos y quizá estas posturas parecen pesimistas, derrotistas, sin embargo, tomar conciencia haciendo una autocrítica objetiva, visibilizando nuestra responsabilidad y la del conjunto, los fenómenos intervinientes en cada caso, nos permitirá, desde cada lugar de nuestros desempeños, motorizar cambios, pensar alternativas conjuntas, enfrentamos activamente a la invasión de lo que daña a nuestros niños y jóvenes y en consecuencia a todos como sociedad.
Creo que no todo está perdido, si además de quejamos y rumiar puertas adentro por lo mal que nos va, más allá de las buenas intenciones y los discursos prometedores, motorizamos desde cada lugar de pertenencia y participación con convicción y firmeza, la lucha por una vida más digna para todos. Niños y jóvenes agradecidos, nos acompañarán en este duro pero alentador camino.
(*) MN 7086 – M.P 019
jueves, 22 de octubre de 2009
El alma del niño está asediada
La frase despierta imágenes fuertes. Kiku Adatto se despacha con algo así como que “El alma del niño está asediada”. (citado por Bauman).
Se nos vienen, enseguida, las imágenes de niños desnutridos en algún lugar del mundo o pequeños golpeados por sus padres.
Pero no, el autor no se refiere específicamente a eso, al menos en esa cita, ya que no se desentiende (Bauman) de los grandes problemas de la humanidad, de los pronunciados contrastes entre ricos y pobres, en la inequidad en la distribución de la riqueza, entre otros temas cruciales.
Pero no, el autor se dedicó en uno de los capítulos del libro “Vida líquida”, al marketing para niños, en quienes pretenden generar, como Langer llama, “un estado de insatisfacción perpetua a través de la estimulación del deseo de novedad y de la redefinición de lo precedente como basura inservible”.”La finalidad última de todo ello es la de reproducir el ciclo de deseo perenne en el que se inscribe la infancia del capitalismo de consumo”.
“Los niños y niñas de edades comprendidas entre los 4 y los 12 años influyeron directamente a lo largo de 2002 en compras de adultos por valor de unos 300.000 millones”. Y los ejemplos podrían multiplicarse.
Llama la atención que ante la frase de Adatto no haya aparecido la imagen de un niño feliz comprando o jugando en un shopping.
Sin embargo, se trata de ese asedio, el del consumismo impulsado por las empresas que “tiene enormes efectos psicológicos, no sólo en las personas, sino también en nuestro planeta”.
Adatto dice que la infancia, de esa manera, se convierte en “una preparación para la venta de la propia persona”., ya que a los niños se los educa “para ver todas las relaciones en término de mercado”.
En nuestro terreno, en el de las adicciones, son múltiples los factores que intervienen en las drogodependencias, entre ellos , el social. Hacer solo hincapié en este último, sería desvincularse de otros factores no menos importantes y a veces, dar las argumentaciones a las familias que no quieren “hacerse cargo” de sus responsabilidades y encontrar en causas externas, ajenas a ella, la excusa justa que les sirve para expiar sus “culpas”. Como suelen decir los pacientes en recuperación, “mi familia pone todo afuera” (son las juntas, los vendedores, los otros). Este comentario está lejos de ello y sólo pretende dejar un espacio para la reflexión de nuestra sociedad de consumo a partir de la frase con la que comenzamos: “El alma del niño está asediada”.
Lic. Daniel Giacomich
Los males del porro
El Mundo, España
MADRID.- Uno de cada 25 adultos de entre 15 y 64 años consume cannabis, según las últimas estimaciones. Muchos de ellos creen que se trata de una sustancia poco dañina, cuyo uso sólo se asocia con un aumento de la euforia, el hambre o la somnolencia. Sin embargo, los porros también tienen sus riesgos. Una revisión que se publica esta semana en las páginas de 'The Lancet' repasa los más comunes.
Crisis de ansiedad, reacciones de pánico y aparición de síntomas psicóticos son los efectos adversos agudos que más a menudo se registran, sobre todo entre los consumidores recién iniciados.
"El consumo normalmente comienza en los años de la adolescencia, alcanza su pico a comienzos o mediados de la veintena y comienza a descender a medida que la gente obtiene un trabajo a tiempo completo, se casa y tiene hijos", comentan los autores del trabajo, Wayne Hall, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Queensland (Brisbane, Australia) y Louisa Degenhardt, del Centro de Investigación sobre Drogas y Alcohol (Sydney, Australia).
Cuando el consumo se hace regular, los problemas aumentan y pueden llegar a hacerse crónicos. Además del síndrome de dependencia que, según los datos de la revisión, "se produce en uno de cada 10 usuarios", los fumadores habituales de marihuana o hachís tienen un riesgo considerablemente más alto de sufrir problemas respiratorios -como bronquitis crónica- o trastornos psicóticos -especialmente si se han sufrido previamente o se tienen antecedentes familiares-. Los trastornos cardiovasculares también son frecuentes.
Posibles daños
Por otro lado, se han asociado con el uso de esta sustancia problemas como la depresión o la pérdida de capacidad cognitiva; sin embargo, no se ha podido establecer una relación causalentre ambas circunstancias.
"Déficits de atención, memoria y aprendizaje verbal se registran de forma más común entre las personas que abusan del cannabis", explican los investigadores, quienes remarcan que existe un gran debate sobre si estas carencias se deben a un efecto agudo, residual o acumulativo de la droga. "Tampoco está claro si la función cognitiva puede recuperarse tras dejar de consumir cannabis", explican.
Los adolescentes 'enganchados' tienen, por su parte, más probabilidades de sufrir problemas mentales en el futuro, además de ver cómo su historial académico desciende.
Por último, los autores de este trabajo citan el riesgo más alto de accidentes que tienen los consumidores de cannabis, con el consiguiente peligro de lesiones y traumatismos.
Según sus palabras, son necesarios más estudios que aclaren todos los riesgos asociados a esta droga cuyo uso "probablemente es modesto comparado con el del alcohol, el tabaco y otras sustancias ilegales".
lunes, 19 de octubre de 2009
Estudio sobre salud y enfermedad en los jóvenes
Filosofía de la droga
Sobre "La sabiduría de Franco Basaglia"
Presentación libro
miércoles, 14 de octubre de 2009
Terapia cognitivo-conductual
viernes, 9 de octubre de 2009
Adolescencia
- FUNES ARTIAGA, James, Propuestas para observar y comprender el mundo de los adolescentes. O de cómo mirarlos sin convertirlos en un problema.
- DIAZ, María José, La violencia de los adolescentes como reflejo de la sociedad adulta.
- SERRANO, Manuel Martín, Adolescencia producida y adolescencia vivida. Las contradicciones de la socialización.
- IMAZ, Javier, El grito de los adolescentes
- MEGIAS VALENZUELA, Eusebio, Del "pasotismo" a la "res publica": los adolescentes como ciudadanos.
- MARINA, José Antonio, La adolescencia como producto diseñado por el mundo adulto.
martes, 6 de octubre de 2009
Psicoanálisis y educación
viernes, 2 de octubre de 2009
Mercadotécnica adictiva
LA PERSECUCION SOCIAL A LOS “ADICTOS” Y EL MARKETING PUBLICITARIO
Mercadotécnica adictiva
Las prácticas de persecución social a los consumidores de sustancias ilegales pueden –según el autor– ponerse en contraposición con otra práctica social, el marketing que promueve el consumo adictivo de sustancias legales.
- Otros artículos del autor:
lunes, 28 de septiembre de 2009
El éxito del marketing y los efectos en la salud pública
Debe ser, a sus 36 años, una persona exitosa. Los números lo demuestran: el alza en las ventas de su empresa en los últimos años, a pesar de la crisis mundial. Y debe serlo, también, porque el domingo pasado, 27 de septiembre de 2009, su foto aparece en la tapa del suplemento económico de uno de los diarios más importantes de la Argentina. Pero además, ese matutino, “La Nación”, le dedica casi una página.
La periodista destaca los logros de esa empresa, como bien podría ser de cualquiera otra empresa cervecera.
La nota comienza diciendo que “La Argentina es una de las prioridades para Heineken, la principal compañía cervecera europea. Se trata del mercado número uno en ventas en América Latina y segundo, junto con Canadá y detrás de Estados Unidos, en el continente”.
Y agrega: “Las ventas crecieron al 20% anual durante los últimos cinco años en un contexto de ampliación del segmento premium que vive el consumo nacional”.
En una de sus respuestas, el exitoso country manager expresa:
“La Argentina es un mercado típicamente vinícola, la experiencia de consumo de cerveza es reciente. En Europa el consumo de cervezas premium representa el 40% del mercado, la Argentina tiene mucho para crecer”.
En otro pasaje dice:
“Va a llegar un momento donde la cerveza se va a pedir por variedad (negra, lager, roja) y no como un genérico, ni siquiera se pide por marca; se pide como un genérico y sos esclavo de lo que te sirven en el punto de venta. Hoy se consumen 44 litros de cerveza per cápita por año”. “Nuestro target está entre los 25 y 35 años y es un consumidor que se preocupa por lo que toma” (refiriéndose a las cervezas premium, que son más caras).
Ese mismo día, en otro diario, más precisamente en“Perfil”, el director de la Consultora Equis, Artemio López, en un artículo titulado “Más alcohol que paco”, analiza con datos estadísticos proporcionados por la Subsecretaría de Atención a las Adicciones de la Provincia de Buenos Aires la incidencia de ambas sustancias en pacientes en tratamiento.
López expesa:
“..cualquier estudio estadístico serio muestra al alcohol, muy lejos, a la cabeza del ranking de sustancias adictivas; y sobre él, comparativamente se habla poco y se hace menos, tal vez como consecuencia de los grandes intereses económicos que se mueven alrededor de la industria de bebidas alcohólicas, muchas de ellas, hay que recordarlo, grandes auspiciantes en medios masivos y sponsors privilegiados de eventos de gran convocatoria. “El sabor de la guita.”
Algunas reflexiones sobre los artículos citados:
- Cuando el ejecutivo dice que todavía hay mucho para crecer en la Argentina, ¿qué implicará el éxito de la empresa para la salud pública Argentina? ¿Cuántos alcohólicos más?
Las empresas luego, quizás, expien sus “culpas”, con algunos folletos en que expresen que está prohibida la venta a menores o “tomá responsablemente”. Sus campañas publicitarias, a la vez, mostrarán el paraíso terrenal, y asociarán la diversión con la presencia de la bebida, o a la inversa.
Otra pregunta que surge es que si el mercado premium cuyo target es de 25 a 35 años, que son los que saben tomar, quiénes son los que ingieren las otras cervezas, qué edades tienen y qué mensaje les trasmiten en las publicidades...
Es frecuente que “La Nación” dedique notas y editoriales a la lucha contra las adicciones, incluyendo al alcohol, pero pareciera que no existiera relación entre economía y salud, que fueran por distintos caminos. Por uno, se muestra con orgullo que la Argentina ocupa el primer lugar en Latino América –y, sí, estamos hablando del éxito de una empresa-, y por otro, a veces, se escandalizan por el incremento de las adicciones, en este último caso autoeximiéndose de toda responsabilidad .
Hay miles de personas de 36 años que no son empresarios exitosos. Muchos de ellos, tal vez con sus vidas arruinadas por los efectos del alcohol...
Detrás de cuántos accidentes de tránsito, de cuánta violencia familiar, de cuántas riñas callejeras, se esconde el alcohol, manejando los hilos cuál titiritero del horror, y muy lejos de aquella tierra prometida de encuentros y plena diversión de las publicidades.
En el caso de las bebidas alcohólicas, cuando triunfa el marketing, la salud pública tiembla...
Lic. Daniel Giacomich
domingo, 27 de septiembre de 2009
Congreso: "Hablemos de drogas. Familias y jóvenes, juntos por la prevención"
Catedrático de Sociología. Universidad Autónoma de Barcelona
Psicólogo, educador y periodista
Director Técnico. FAD
Catedrático de Psicología Social de la Familia. Universidad Pablo de Olavide. Sevilla
Educador social. Mediador
The Partnership for Drug Free America.
Profesor de Sociología de la Comunicación. UOC (Universidad Oberta de Cataluña)
Formador colaborador del Área de Juventud. Comisión Europea
Jefe de Sección de Prevención. Plan Regional sobre Drogas. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
Profesor de la Univeridad Católica de Valparaiso
Codirectora de Sociológica Tres
Directora del Instituto Deusto de Drogodependencias
Profesor de la Universitat Rovira i Virgili