Vida insular en la aldea global: paradojas en curso
Martín Hopenhayn
Publicado en Polis, Revista Académica Universidad Bolivariana
Texto disponible en pdf en Dialnet
Martín Hopenhay, magister en Filosofía de la Universidad de París, Investigador en Desarrollo Social de la Cepal, expresa en una parte del trabajo citado:
"Una metáfora fuerte de (...) contrastes y connivencias la encontramos en la cultura de las drogas. Mientras en las grandes ciudades europeas las fiestas "Rave" reúnen a cientos de jóvenes empatizados bajo el efecto expansivo de las drogas de diseño (en particular el MDMA o éxtasis), los grupos de esquina en las comunas más pobres de Santiago o Bogotá fuman pasta base de cocaínay se sumergen en el "silencio de los angustiados". Nada más globalizado que el narcotráfico, pero nada más localizado que el uso de las drogas y la significación de su uso. El éxtasis va de la mano con la música tekno, el contagio amoroso y el superávit energético de sus usuarios (...) La pasta sumerge en espacios interiores y circula en situaciones de mayor violencia y estigma. (...) De manera analógica, una cosa es navegar por Internet en el barrio alto, otra es vivir sumido en la pasta base de cocaína en los barrios bajos. En ambos casos el joven encuentra formas inéditas de viajar: fuga hacia el mundo distante, o hacia los mundos internos donde nadie entra. Curiosamente, ambos son efectos de la globalización: más acceso a interlocución y también a la intoxicación. La droga no viene por casualidad. La exclusión social, la tensión de la ciudad, la pérdida de sentido colectivo en un dinamismo modernizador que promueve el individualismo, son caldo de cultivo para incorporar la resaca del mercado en los enclaves que están fuera de la carreta del progreso".
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